martes, 17 de mayo de 2016

101 KM LA LEGIÓN (RONDA)

Comenzaré esta crónica por el final:
En primer lugar, quiero dedicar esta carrera  a mi amigo Carlos Aguerri, que hace un mes se fracturó la tibia cuando estábamos en un entreno de preparación para la 101. Que sepas que me acordé muuuucho de ti. Como ya te he dicho en varias ocasiones, tú eres fuerte y te vas a recuperar enseguida. Seguro repetimos esta prueba contigo!!!

En segundo lugar, quiero felicitar a los legionarios por la  carrera mejor organizada de las que he participado hasta hoy. Había legionarios hasta debajo de las piedras animándote y arropándo a cada uno de los más de 8000 participantes. SOIS MUY GRANDES!!  SACRIFICIO Y DUREZA!! VIVA LA LEGIÓN!! VIVA ESPAÑA!!!
 
Por último, quiero agradecer todo el mundo que me ha apoyado durante todo este tiempo. Comenzando por Yoani y los peques que son los que me animan día tras día a seguir entrenando. Yoani, lo que te dije ayer!! jeje!
A  Raúl, compañero de expedición, y el verdadero culpable de mi participación en la 101. 

Un placer compartir este fin de semana contigo y Enhorabuena una vez más!!  Agradecimientos también a  mis compañeros del Club Correcaminos Alfindén que me estuvieron siguiendo durante toda la prueba. Especialmente a Paz que como  nos tiene acostumbrados nos ha apoyado desde el principio en este reto, así como en el entreno de los Monegros, el viaje a la Estación  y durante la prueba desde el grupo de whastapp. MIL GRACIAS PAZ!!!
  A Miguel Angel y Estela  que también fueron FINISHER  participando en la prueba por equipos. A los chinijos que también han estado ahí animando. Y por último a todos vosotros que no os he nombrado y estáis leyendo estas líneas.

Ahora ya voy al turrón.
A las 11:00 de la mañana, después de dormir apenas dos horas por el puñetero frio que pasamos Raul y yo en el piso de Ronda se dio la salida. No sin antes escuchar a las autoridades y oficiales de la Legión y gritar un VIVA ESPAÑA!! Que hizo que se nos pusiera la piel de gallina.
Nos deseamos suerte Raúl y yo,  y comenzamos a correr entre la marea de gente en un día con la temperatura perfecta para correr.

Atravesar las calles de Ronda  repletas de gente fue impresionante. La gente se deja la voz y las manos animando.
Los kilómetros iban pasando sin darme cuenta y poco a poco iba adelantando posiciones. Los caminos estaban un pelín embarrados pero se podía correr perfectamente.
El Km 20, un espectador me dice que voy entre los veinte primeros, mis sensaciones eran buenísimas, podía correr más pero era mi primer Ultra y quería disfrutarla de principio a fin como así fue. Aún así, fui adelantando posiciones hasta llegar a ser sexto durante unos kilómetros.


Hasta el km 40, todo perfecto, pero de repente, no me lo puedo creer, me vino un dolor incapacitante en el culo, en el piramidal para los entendidos. No podía correr, y mucho menos en cuesta. Por mi mente pasaron pensamientos de todo tipo… ¿me tocaría hacer los 60 kms restantes andando? Sabía que en el Km 49 de Alcalá del Valle había un avituallamiento con asistencia médica así que apreté los dientes y medio andando medio corriendo llegué a duras penas.  Esta fue la única parte de la carrera en que no disfruté.
Una vez en Alcalá los chavales de la cruz roja muy amablemente me  echaron réflex, mil gracias majos!  Me salvasteis la vida! Aunque sabía que esto era pan para hoy y hambre para mañana.
Ahora mi próxima meta era Setenil de las bodegas, un pueblo en el KM 57 donde sabía que estaban los fisios.  Poco a poco, el efecto del réflex se pasaba y el dolor iba a más, pero al entrar en Setenil y ver las calles repletas de gente animando hizo que se me pasaran todo los males. Tengo que reconocer que aquí se me escaparon mis primeras lágrimas, cuando choque la mano de dos niños que se me representaron a mis hijos. Pero no fueron los únicos, todos los chicos te ponían la mano para que se la chocases. Te hacía sentir como el ganador del Tour en una etapa de montaña.
Una vez en Setenil, fui directo a los fisios, sabía que iba a perder mucho tiempo, pero era la única forma de poder acabar.
Al ser el primer corredor en llegar y necesitar asistencia, me cogieron cinco fisios y me trataron como si fuera un profesional. Perdí más de media hora pero fue la decisión más acertada de todas.  Les di las gracias uno a uno y me despedí de ellos.
Después de correr los primeros metros, no me lo podía creer, el dolor había desaparecido. 


Ahora no tenía dolor y tenía muchísimas fuerzas para correr, así que poco a poco iba adelantado corredores que me habían pasado mientras yo estaba en mi sesión de masaje.  En algunos tramos acompañé durante varios Kms a alguno de ellos porque soy de los que me gusta ir contando batallitas durante la carrera.  Que si soy maño, que si es mi primera vez, que si patatín patatán…

Comentar que cada 5 Kms había un avituallamiento repleto de legionarios animándote a más no poder y precupándose por cada uno de los participantes. Muy agradables todos ellos. Así que cada avituallamiento era un subidón!

Casi sin enterarme, llegué al Cuarte de La Legión donde sabía que había otro servicio de fisios. Aproveché para coger cosas de la mochila que tenía allí preparada,  para comer una copiosa  comida en el comedor del cuartel y  para otra sesión de masajes. En estos momentos mi felicidad era enorme. Sabía que no lo iba a hacer mal porque iba muy bien de fuerzas y los  fisios me atendieron a cuerpo de rey. Si en Setenil me trataron bien, en el Cuartel ya fue espectacular. Perdí otra media hora pero mereció la pena.

Ahora ya sólo quedaban 24 kms hasta la Meta y me encontraba mejor que nunca. Sin duda era la parte más dura pero me encontraba como un toro.

Todavía faltaba la sorpresa final. En el Km 85 aproximadamente, el camino estaba embarrado, correr era imposible, las zapatillas o se clavaban en el lodo. Me lo pasé en grande jeje!  5kms de subida por barro para luego bajar. Me puse a correr y ZAS! Menuda leche me metí, la primera vez que hago el spagat en mi vida jeje! me puse como un cochino de barro. Seguía disfrutando…!!


Una vez pasado el tramo del barro nos esperaba la famosa “cuesta del cachondeo” del km 98 al 100 que tanto había oído. La madre del cordero!!  Aquí me piqué con un corredor con bastones que al final me ganó jeje!
Una vez arriba, ya se oía los gritos de la gente. Mientras más te acercabas a la Meta, más gente había.
 A 300 metros de la meta, ya no me pude contener, por segunda vez en esta prueba,  me emocioné. Durante los últimos minutos me vinieron a la mente muchos recuerdos que los guardo para mí.
El tiempo, es lo de menos, pero aquí lo dejo para el recuerdo. 10h 54 minutos de puro disfrute!! ;)


MUCHAS GRACIAS 101 24HORAS LA LEGIÓN!! VOLVERÉ!!!!

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